Por un instante, se me congelo la piel. Inconscientemente sabia que esa iba a ser su respuesta, pero en el fondo aun conservaba la esperanza e ilusion de que sea una nena, lo anhelaba tanto.
Junto a ese segundo se desvanecieron todos los sueños que se habian formado en mi cabeza junto al nacimiento de Alma. El sueño frustado de una niña bailarina, de los vestidos y peinados, de las muñecas, de las pinturas. De los secretos.
Pero despues de ese remolino de ideas, una mueca de alegria llego. Y junto a eso aparecio la enorme felicidad del papa, sus sueños de un hijo llendo al club a jugar a la pelota, ensuciarse para aprender, los chochecitos, el celeste. Todo celeste.
Y asi me fui haciendo a la idea.
Ahora Alma quedo lejana y ausente, algun dia retomara su viaje.
Ahora soy feliz con el, con Pablo Tobias Castaño.
Mi primer hijo.
Semana 30.
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